Queridos pollitos,
permitidme que os llame así por última vez, ya sé que ahora sois polluelos, y
es que el tiempo no pasa en balde.
Recuerdo perfectamente el
día, hace ya cinco años, en que Ángela me llamó para saber si me iba a
incorporar el curso siguiente, no lo tenía claro, pero me convenció al decirme
que había un curso muy bueno esperándome. Sí, sí, muy bueno, ¡buenísimo!, pensé
el primer día que estuve con vosotros. Aquellos pequeños monstruos que erais no
parabais de moveros y de hablar. Hasta
que con mi tono bajo y mi dulce vocecita conseguía que os sentarais y
escucharais. Pobrecitos, ¡qué sustos os llevabais! Poco a poco os acostumbrasteis a mi dulce trinar y os
fuisteis sentando correctamente, pidiendo el turno de palabra, escuchando a los
demás… También recuerdo cómo al poco tiempo de conocernos veníais y os
agarrabais a mis piernas, yo bajaba la cabeza y me encontraba con caritas
sonrientes y mellucas, ¡cómo me reía!. Curso a curso nos fuimos amoldando unos a
otros y empezamos a construir nuestro nidito.
Hoy ha llegado el momento de
abandonar este nido. Un nido que hemos construido a base de ilusión,
entusiasmo, curiosidad, alegría, algunos disgustos, que también los ha habido,
confianza, colaboración, cariño, respeto, participación, esfuerzo, trabajo,
compañerismo, cooperación, y de los abracitos de los viernes. Un nido sólido y
confortable que no hubiéramos podido construir sin el trabajo inestimable de
todos los que forman parte de esta comunidad, y, desde luego, sin el apoyo incondicional de vuestros padres.
Queridos papás de mis niños,
mis padres, como yo os llamo, gracias por vuestro respaldo, vuestra
colaboración, por la confianza que habéis depositado en mí, gracias por haber
estado ahí siempre. Seguid así pero, ¡cuidado!, no lo vayáis a hacer tan bien
que con 40 años todavía los tengáis en casa.
Finalmente, permitidme que
os dé unos consejos para esta nueva etapa que vais a comenzar.
- No le tengáis miedo a los
errores, ya sabéis que forman parte del aprendizaje.
- No escatiméis esfuerzos
para alcanzar vuestras metas.
- Sed generosos con el
trabajo, un trabajo bien hecho reporta muchas satisfacciones.
- Reforzad la empatía,
ponerse en el lugar del otro te ayuda a mejorar como persona.
- Valorad lo que los demás
hacen por vosotros.
-Tened siempre presente que
todos y cada uno de vosotros sois muy valiosos, puesto que sois únicos.
- Dejaos guiar por vuestros
padres, ellos saben lo que se hacen.
Y por último recordad que
los sueños se cumplen, pero que para alcanzarlos hay que esforzarse y trabajar
duro.
Sed felices y haced felices
a los demás.
Y como le dijo el maestro a
Moncho “ahora, a volar, pajaritos, a volar”.